hay días radiantes de primavera, llenos de bicicletas con las sonrisas de los niños alborotadas
y sin embargo a los sombreros de paja les cala todo el agua.
El dolor que se instala en la tráquea
y no te deja respirar, no piensa, lo sientes
se revuelve dentro como una mala digestión que no acaba.
Todo dolor necesita su duelo y una vez que consigues levantarte,
(si lo consigues),
dejas de caminar por el aislamiento para cruzar los puentes que nos llevan al otro lado
y poder mirarte en otros ojos.
MUJER QUE PERFILA SUEÑOS EN NOCHES DE INSOMNIO (SAGRARIO DEL PERAL Y SUS DIBUJILLOS).
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