miércoles, 22 de diciembre de 2010

Mi última bitácora y el pasado que se hizo carne.(Tertulia Rascamán)

Hay miércoles donde todas las ausencias se encaminan a un lugar común, conocido y diferente. Hoy despeinados porque la manada no esta, no somos los habituales. Ni siquiera yo lo soy, porque me paseo en el calendario a tropezones y con la discontinuidad del corazón de un infartado, como los dolores de las parturientas, ahora viene la contracción, todo el dolor, ahora reposa.

En las sillas de madera centenaria del Café Ruiz, están nuevos o recientes personajes en esta trayectoria de tertulia itinerante. Hay un león, copados, celestes... en otra orilla un río rojo que se funde en los espejos.

La tarde confundida y viajera, nosotros sin saberlo recibiriamos la visita de un pasado y sus voces. Un pasado que se acercaba a última hora de la tarde, unas mujeres que traían versos de memoria, la timidez de una zarzuela de pescado ante un gato relamido y la simpatía de los niños traviesos.

Las palomas versifican con los picos en alto y la voracidad de ratas hambrientas, porque las palabras son muchas y necesitan ser escuchadas.

Estamos aquí nosotros y nuestros naufragios, las mujeres del ayer, sólo las reconozco yo, porque los ausentes no pueden verlas y los presentes no son añejos en estos tiempos de tertulias, cuando en Villaverde, nos reuniamos en Ágata, durante años, hace ya tanto tiempo. Mi hija era un bebé, yo mil veces más joven, hoy reencarnada se produce el milagro del encuentro, ellas tratan con Merlin en las ondas y nos invitan a compartir la magia.

Prometen volver, los tiempos se funden y en Madrid sigue cayendo hojas.

Sagrario del Peral
21 de diciembre de 2010
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Publicado por Javier Díaz Gil en 16:37 0 comentarios
Etiquetas: Bitácora 4º año, Sagrario del Peral
sábado 6 de noviembre de 2010

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta mucho el ambiente que describes, gracias por compartirlo.

Sagrario dijo...

A ti las gracias por pasarte por aquí y comentar, merci.