Nostalgias de Infancia.

Cuando los niños hincan toda la rabia en sus rodillas
retuercen sus pequeñas cabezas en un capricho insoportable
nuestras antiguas bondades huyen al galope atroz
de un pasado, donde todo era más fácil.

Los gritos y alaridos de nuestras pequeñas hienas
ya no se calman con la nocilla saciadora, los juegos en el parque, al truque, cuando saltábamos a la comba.
Han quedado obsoletos con los mangas, las nintendos y los zombies y juegos de rol en los que ganas más puntos ensangrentando al opuesto.
La abeja Maya y Pipi Calzaslargas se han quedado bailando un juego de pinturas naif donde los sobresaltos y las ideas de Vicki el Vikingo se pierden en un maremagnum de violencia infantil que hace la adolescencia más preparada para cualquier debacle y sociedad sin valores.
Reivindico un globo, dos globos, tres globos, el abrazo de los teletubbies y la familia Telerín que se iba contenta y unida a la cama.
Hoy no puedo más con tanta nostalgia.