jueves, 17 de febrero de 2011

Porque lluevo (Sagrario del Peral)


En este estado melancólico, las estaciones del metro concentran tristeza
que se sube disimulada al andén entre los abrigos y los paraguas que nos traen todas las lluvias posibles.
Pero hoy no hay marcha atrás, la tristeza viaja conmigo
en el vagón me mira a la cara fijamente y me sonríe sabe que soy una de las suyas,
nos reconocemos con nuestros abrigos raídos,
con las lágrimas que se escapan sin querer de los restos del maquillaje.
Nuestras sombras viajan juntas se miran como si de un viejo familiar se tratase.
La esperanza traquetea correteando para alcanzar la ilusión
que días atrás asomaba a nuestras caras.
Hoy queda todo tan lejano,
miramos paseando la ciudad con la cabeza boca abajo, con el sin sabor
de que estamos arañadas hasta la médula.
Porque lluevo y no puedo parar de hacerlo,
estoy aquí y tan sólo el dolor esta vivo.

2 comentarios:

Pedro maría Sánchez dijo...

Es dolorosamente hermoso, Sagrario.
Los vagones de metro transportan nuestra fragilidad e igualan nuestras diferencias.
Un abrazo fraternal.
Pedro María Sánchez

Sagrario dijo...

Un abrazo que siento a pesar de la lluvia.