domingo, 27 de noviembre de 2011

Coctelera agitada, movimientos elipticos, vamos vamos ya !!!


Aquí ando con media sonrisa para relataros un poquito de lo sucedido en la Presentación en el Libertad 8, allá con mi Fragmentada a cuestas, esa niña que nació por los madriles y se bautizo en México. Es muy jovencita en su trayectoria, yo por supuesto le tengo inmenso cariño, pero la peque vuela.







Esta es la portada: Pasado y Presente se Fragmenta, parte del dibujo que hice hace tiempo y ahora me mira y contempla desde el ayer al hoy.
Hay que salir de uno mismo y mirar alrededor, porque somos parte que camina y hace camino (recordando a Machado como no).



Bueno voy, iba diciendo que tengo una coctelera de ideas agitándose en mi cráneo efervescente. El pasado 25 de Noviembre, es decir, hace 2 días, aunque a mí me parezca que hayan pasado siglos, porque los acontecimientos se desbocan y en ocasiones son tozudos, rápidos ...



Al fin, presente a la niña Fragmentada, allí en Libertad 8, estuvieron conmigo la voz y la presencia del genial ser :Pedro María Sánchez (gran persona, esta institución escénica, siempre impresionante, con la medida y el tempo en la acción y la palabra).



En la parte musical David LLosa e Iñigo Coppel. David ahora se llama "Gatoperro" yo que vosotros no me lo perdería, ni a Iñigo si tenéis ocasión de disfrutarlos.



Con micro en mano en el Café Libertad a una hora muy temprana. Madrid en plena ebullición de actos con su día internacional de la no violencia. Y yo con los nervios del estreno en la ciudad que me ve vivir, allí estuvieron acompañándome poetas a los que admiro como: Campoy, Galarza, Malia...amigos, compañeros de tertulia rascamaniense etc...(Rocío Díaz, relatera ,Javier Díaz Gil). Entre otros.


Hablar de uno mismo da mucho, pero mucho pudor, y como bien dice Vicente Huidobro es triste cuando se publica un libro, pero también pienso que vuelan hacia otras manos, ya ajenas a nosotros. Ahora espero respirar y seguir escribiendo en un "encierro necesario",donde las bibliotecas y cafés pueden ser testigos, pero la soledad atesora reflexión y condiciones que el ruido no deja contemplar y más en una ciudad como Madrid.



En fin, no puedo sino dar las gracias por arroparme un viernes de noviembre primaveral a 18 grados de temperatura ambiente, en el marco de sueños que arrancan y quién sabe hasta donde llegan. Con la esperanza puesta en el horizonte, me despido por hoy.



Mil gracias y mil, con besos rojos, para endulzar este otoño.

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